Xoán Leiceaga Baltar

POESÍA

REFLEXIÓN

Esta sección nació para disponer de un complemento a OBRA, más abierto y flexible, aunque apuntando siempre a «la poesía y lo poético», y concretando, a aspectos como su sentido, la valoración de calidad, la aproximación a otros poetas y a un amplio continuo de ideas, reflexiones y prácticas (recordatorios, homenajes, muestras de poetas —bastante, apenas o nada conocidos u olvidados—, poemas, frases o versos notables, entrevistas y ensayos sobre esta u otras manifestaciones artísticas, etc.). Se debe entender que, naturalmente, los conceptos de «poesía y poeta» son hermanos de «magia, arte» y de «mago, artista», y por ello tienen fraternal acogida en REFLEXIÓN.

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Reflexión 1

Abecedario de escritoras – Letra Z

  1. Zabuzhko, Oksana (Poeta) (Lutsk, Ucrania, 1962)
    1) (De 'Prypiat, naturaleza muerta' / —Prypiat es un pueblo abandonado cerca de Chernobyl—): «Podría ser de madrugada. / La luz, como una sábana en pliegues derramada. / El cenicero repleto. / Una sombra se multiplica sobre cuatro muros. / El recinto está vacío. / No hay testimonios. / Pero alguien estuvo aquí. / Hace un momento relumbraron unas lágrimas gemelas / sobre la pulida madera. / (¿Vivió aquí una pareja?) / Un vestido sobre el brazo de la silla, lleno hasta hacepoco por un cuerpo, / se disolvió en un rollo de tela. / Entra, husmea. No hay nadie aquí, / apenas el aire que se respira, como aplastado / por un tanque. / Un saco a medio terminar recuerda los dedos de alguien. / Un libro yace abierto, marcado por una uña. / (¡Cuán sorprendente este silencio más allá de los límites!) / Sobre la madera pulida, dos manchas. / Sobre el piso al pie de la silla una manzana, / mordida pero no oxidada.»
  2. Zambrano, María (Filosofa, poeta) (Vélez, Málaga, 1904-1991)
    1) (De 'El agua ensimismada'): «El agua ensimismada / piensa o sueña? / El árbol que se inclina buscando sus raíces, / el horizonte, / ese fuego intocado, / ¿se piensan o se sueñan? / El mármol fue ave alguna vez; / el oro, llama; / el cristal, aire o lágrima. / ¿Lloran su perdido aliento? / ¿Acaso son memoria de sí mismos / y detenidos se contemplan ya para siempre? / Si tú te miras, ¿qué queda?»
    2) (De 'El agua ensimismada' / 'Muchas gracias'): «Muchas gracias; / muchas, muchas gracias. / Qué va. Está muy bien. / Dispénseme, señora. / No hay de qué. / Está completo, pero está muy bien. / Un farsante, un cuentista, / un enterao / —la Place de l'Alma—, un cualquiera, / me da igual. / Cuando usted quiera. / Ah, señora, ¡si usted supiese! / Está bien. / Aquellos buenos tiempos... / Mas París es París, y está muy bien. / Aunque no lo comprendo. / L'Étoile, Notre-Dame, Les Champs, / se sabe, ¿por qué no? / Encuentro, encontraré, ¿encontré ya? / Entonces, apresúrese, vaya. / ¿Por qué no?»
    3) ('Reflexión escrita'): «¿Y si el infierno en el que se consumen los presos de las sombras no fuese una condena sino una elección? ¿Y si lo que les atase a su celda no fuesen los grilletes de un déspota sino el asombro y el encanto, la fascinación ante lo perecedero y mundano, ante la belleza mortal de unas siluetas destinadas, como las de todo hombre, a desvanecerse tras un momento pasajero de gracia? ¿Y si la caverna platónica no fuese solamente el gueto en el que se recluye a los excluidos, privándoles del tesoro de la realidad verdadera, sino también el último refugio...»
  3. Zahri García, Alejandra (Poeta, periodista) (Santiago de Chile, Chile, 1947)
    1) ('Déjame ser'): «Déjame ser / tu antojo clandestino, / tu juguete favorito, / la palabra muda, / la mirada paciente. / Sentirme / que habito / un mundo alucinado. / Quiero leer / tu timidez / tu confusión. /Transformar tu vida / en un vuelo mágico / y entender, que eres, / esa nube a la cual no logro llegar.»
    2) ('Piel madura'): «En este cuerpo maduro / que rejuvenece en tus caricias / baño el deseo con la dulce miel. / Pronuncio tu nombre / y quedo sin voz. / El roce de tus besos / produce temblor / en los intentos. / Bebo todo aquel manjar / que recorre esta piel, / y con la lengua temblorosa / ahogo en gritos / los gemidos del placer.»
  4. Zamudio, Adela (Poeta) (Cochabamba, Bolivia, 1854-1928)
    1) ('Nacer hombre'): «Cuánto trabajo ella pasa / Por corregir la torpeza / De su esposo, y en la casa, / (permitidme que me asombre) / tan inepto como fatuo / sigue él siendo la cabeza, / porque es hombre. // Si alguna versos escribe / –¿De alguno esos versos son / que ella sólo los suscribe?; / (permitidme que me asombre) / Si ese alguno no es poeta / ¿por qué tal suposición? / –Porque es hombre. // Una mujer superior / en elecciones no vota, / y vota el pillo peor; / (permitidme que me asombre) / con sólo saber firmar / puede votar un idiota, / porque es hombre. // Él se abate y bebe o juega / en un revés de la suerte; / ella sufre, lucha y ruega; / (Permitidme que me asombre). ella se llama ?ser débil?, / y él se apellida ?ser fuerte? / porque es hombre. // Ella debe perdonar / si su esposo le es infiel; / mas, él se puede vengar; / (permitidme que me asombre) / en un caso semejante / hasta puede matar él, / porque es hombre. // ¡Oh, mortal! / ¡Oh mortal privilegiado, / que de perfecto y cabal / gozas seguro renombre! / para ello ¿qué te ha bastado? / Nacer hombre.»
    2) ('Sin palabras'): «Mil veces con palabras de dulzura / esta pasión comunicarte ansío; / mas, ¿qué palabras hallaré, bien mío, / que no haya profanado la impostura? // Penetre en ti callada mi ternura, / sin detenerse en el menor desvío, / como rayo de luna en claro río, / como aroma sutil en aura pura. // Ábreme el alma silenciosamente, / y déjame que inunde satisfecho / sus regiones, de amor y encanto llenas... // Fiel pensamiento, animaré tu mente; / afecto dulce, viviré en tu pecho; / llama suave, correré en tus venas.»
  5. Zardoya González, Concha (Poeta) (Valparaíso, Chile, 1914-2004)
    1) ('En otra orilla' / —A Rosalía de Castro—): «En otra orilla estás, en donde sueñas / con el Sar y sus aguas de ceniza, / con montes grises y árboles desnudos, / con las dolientes brumas de las rías, / los tristes charcos negros de la lluvia / y el largo, largo viento que gemía. / En otra orilla estás, ya sin campanas, / pero sueñas aún con esas íntimas / aguas de hondas fuentes que lloraban / por desvalidas aves fugitivas. / Y la verde frescura de los campos / en la noche se acerca hasta tu orilla. / En la otra ribera te acompañan / los sueños que soñaste en la vida, / cumplidos ya, colmada primavera / de tu alma dulce, pura, sensitiva. / Y el más largo silencio de los muertos / te da su paz y larga compañía."»
    2) ('Desnudo casi'): «Ppp ppp.»
  6. Zerón, Lina (Poeta) (México DF, México, 195)
    1) ('Calendario'): «Entre gritos y suspiros aprehendí tu alfabeto. / Hiedra en el muro / me sustento. / Construí secretos pasadizos hacia ti. / A mi acantilada soledad le diste aliento, / pasión a mis indescifrables instintos, / dicha a mis trozos de invierno. / Fui presente que tu boca delineó en el paraíso, / en el pasado tu cuerpo agua fue en mi cuerpo, / de tristezas compartidas construimos un futuro. / Hoy emergen los murmullos... / calendario de recuerdos.»
    2) ('Cortesana'): «Soy la mujer que duerme en la jaula con los leones / al ponerse el sol. / Carne cruda como de sus pestilentes fauces / lamo sus recovecos denigrantes / y sin importarles, / prueban cada mes mi sangre. // Me he dejado ultrajar por conveniencia, / soy mansa por una retribución, / Abro mis posiciones / para conseguir prodigios mayores, / mejores pagas. // Todas las noches meto al sol en mi cama / y caliento deshilachados cuerpos. / A veces suplico ternura desde el fondo de mi alma, / desde el encierro de mi jaula / repleta de vacíos inconmensurables, / pero ellos no escuchan. // El mundo me desprecia, / yo lo ignoro. / Vivo para alimentar a las bestias / con mi carne, / soy libre de volar si quisiera, / de escapar, / mas no tengo a donde ir... / Pertenezco a esta jaula.»
  7. Zhang, Mindy (Ming Di) (Poeta, traductora) (Río Yangtsé, China, ~ 1960-?)
    1) ('Inesperado'): «Mañana del domingo, en la cocina preparo una ensalada de frutas, / pero tres tipos de fruta crean un tosco diseño. Ligeramente / sacudo el plato, caen las formas, otoño ante mis ojos. // Si sólo pudiese hallarse el sentido de algo por un lanzamiento casual, / la distancia entre tú y yo, tan difícil de arreglar. / El acercarme a ti parece tan desesperado, como un verso // de la Dinastía Tang. —Y si volase a Atenas, si allí te esperara— / un árbol en la Acrópolis, —trayéndote frutos de todos las estaciones— / me lanzarías, yo caería, caería en diseños y líneas.»
    2) ('Una habitación propia'): «El invierno es frío, ella pinta una habitación y se refugia. / Pinta un escritorio, una cama, un guardarropa. / Pinta todo lo que necesita. // Pinta una pared, la borra, —la vuelve a pintar y la borra de nuevo— / Una pared crece por sí sola. Dentro de esa pared / ella pinta la hierba, flores y pájaros. / Pinta primaveras y veranos. / Pinta montañas y océanos —llegan olas revoloteando— / en una espiral en la que queda enredada. // Me veo a mí misma en ella en esa habitación, luchando. / —Le pido que pinte una ventana— / una ventana que conduzca a un cielo.»
    3) (Acerca de Traducir): «La parte más difícil de la traducción es ir adentro de la mente del poeta y descubrir lo que él no quería decir. Me gustan las ambigüedades y las lecturas múltiples, pero considero que debemos evitar lo engañoso. Si el poeta odiaba el ritmo y la musicalidad en la poesía, hacer una traducción musical significaría hacer trampa. Estos son, por supuesto, casos extremos. Por lo general, trato de averiguar lo que está en un poema en lugar de lo que no está en un poema. Siempre hay varias opciones para traducir un verso, yo me centraría en lo que para uno representa el significado más cercano y que resalte lo implícito, lo sugerido, el significado oculto y lo que mejor presente el tono y la atmósfera. Un poema traducido deberá ser tan bueno como lo es originalmente, con sus sutilezas lingüísticas y emocionales. Lo que impulsa el poema hacia adelante, el motivo y los ecos, el ritmo y las variaciones, la pasión o el razonamiento, el juego de palabras, lo cambiante visual, lo que sea, debe reflejarse en la traducción».
  8. Ziebrecht, Alejandra (Poeta, profesora) (Concepción, Chile, 1959)
    1) ('Estas santas mujeres'): «Estas santas mujeres / pintan arcoiris con sus piernas / Son el feriado ilegal / la huelga sin pancartas / el testamento otoñal de los ebrios / la entrada al purgatorio // Ellas juzgan lo divino en lo humano / ascienden lo humano hasta su divinidad // Conocen de memoria a qué saben los cuerpos / perciben los olores / no por los ojos siempre cerrados / no por los sueños sino por la vigilia // Es que buscan y nunca encuentran / la bocanada breve del consuelo.»
    2) ('Me corrompen estas calles'): «Me corrompen estas calles / el mar con su escándalo demente / Me persigue la sal / el olor de las cantinas / el mercado de mujeres / La noche es una barcada / el amor un ardite / Estos ebrios se beben el mundo / y qué importa el aguacero / amparado en canciones añejas / en boleros trasnochados / El olor a carne fresca promete recuerdos / una bita en donde atar la vida / El bar se ha vuelto una isla / sin puntos cardinales.»
  9. Zuluaga, Beatriz (Poeta) (Manizales, Colombia, 1934)
    1) ('Si preguntan por mí'): «Si preguntan por mí… / diles que salí a cobrar la vieja deuda / que no pude esperar que a la vida / se le diera la gana de llegar / a mi puerta. // Diles que salí definitivamente / a dar la cara sin pinturas / y sin trajes el cuerpo. / Si preguntan por mí… / diles que apagué el fuego, / dejé la olla limpia y desnuda la cama, / me cansé de esperar la esperanza / y fui a buscarla. // Diles que no me llamen… / Quité el disco que entretenía en boleros / el beso y el abrazo / la copa estrellé contra el espejo / porque necesitaba convertir / el vino en sangre / ya que jamás se dio el milagro / de convertirse el agua en vino. // Si preguntan por mí… / diles que salí a cobrar la deuda / que tenían conmigo el amor, / el fuego, el pan, la sábana y el vino, / que eché llave a la puerta / y no regreso. / ¡Definitivamente diles / que me mudé de casa!»
    2) ('Cómo duele ese amor'): «Cómo duele ese amor / que se aposta en la esquina / y se pinta la boca / se menea, pide y discute, / pone precio / y llora todas las mañanas / sin que nadie lo sepa.»

Reflexión 2

ABECÉ de MUJERES POETAS – Letra Z

Unica Zürn.jpg

UNICA ZÜRN - Vida y poemas

(Berlín, Alemania,1916–1970)

Reflexión 2

Con la primera versión de Reflexión-2, procuré ser tímido —ineficaz el exceso— para no desorientar al improbable lector con lo inestable o brusco. Así, una buena temporada trabajé sobre entrevistas que llamaban mi atención, como la de Rojas y enseguida otros artistas; después me surge una euforia tranquila hacia el sublime poema-libro Descripción de la mentira del maestro Gamoneda. Decido pronto conservar lo mensual y así nace la creciente biblioteca que hoy supera el mes de meses y brota desde el botón Ir a reflexiones anteriores, situado al final de Reflexión.

Mediado 2012, creí que era el momento de otro camino, esta vez largo pues sigue la vía del abecedario, tal como apuntaba ya la Reflexión-1. Además, el corazoncito me venía reclamando una mayor dedicación a la mujer, la de melena poeta, para torcer el excesivo defecto secular y, a la vez, reconocer su valía en este campo de la creación. Y, naturalmente, servir de agradecimiento a mis lectoras, que asombrosamente insisten.

En julio de 2012 he iniciado como Reflexión-2, el ABECÉ de Mujeres Poetas, que de la A a la Z se completa este mes de diciembre de 2014 con Unica Zürn. En cada letra he elegido lo oportuno y recojido lo accesible, desde la preferencia teórica de elegir poetas en español, aunque algunas letras se resisten y, además, también tengo alguna devoción. La primera, Anna Ajmátova, y tras ella una extensa serie, que puede verse en Ir a reflexiones anteriores, hasta la final Unica Zürn.

Fuentes: Páginas varias de internet, entre ellas:
«http://es.wikipedia.org/wiki/Unica_Z%C3%BCrn/»
«http://palidofuego.wordpress.com/2011/03/02/...-unica-zurn.../»
http://begocallejon.blogspot.com.es/2010/11/unica-zurn-y-su-hombre-jazmin.html»
«www.poesiademujeres.com/2014/03/poema-de-unica-zurn.html»
«http://laluznoesnuestra.wordpress.com/2014/10/25/todos-los-amantes-de-unica-zurn-y-hans-bellmer/»
«http://florenciasmiths.blogspot.com.es/2011/07/fragmentos-de-unica-zurn.html»
Selección y comentarios: Xoán A. Leiceaga Baltar

Vida de Unica Zürn

Unica Zürn (Berlín,1916 – París, 1970), escritora y pintora alemana famosa por su poesía anagramática, nació en el seno de una familia acomodada. Comenzó su carrera como guionista para la compañía cinematográfica alemana UFA. Tras la guerra, sobrevive vendiendo sus relatos y novelas por entregas a periódicos alemanes y suizos. Se casó en los años de la guerra, tuvo dos hijos, se divorció y finalmente perdió la custodia de sus hijos. Fue compañera desde 1953 del pintor y escultor Hans Bellmer, y admirada por grandes artistas del surrealismo como H. Michaux, A. Breton, Man Ray, M. Duchamp o M. Ernst. A partir de 1957, debió ingresar varias veces en centros psiquiátricos por crisis de esquizofrenia; sus problemas mentales fueron aumentando, hasta que en 1970, se suicida arrojándose al vacío desde su casa en París.

.La fama de Unica se debe sobre todo a sus dos novelas póstumas El hombre jazmín (Der Mann in Jasmin) y Primavera sombría (Dunkler Frühling), en las que relata sus frecuentes estancias en el hospital psiquiátrico. También escribió varios relatos breves, recopilados en El trapecio del destino y otros cuentos. En esas pocas traducciones al español que existen, en 1986 de Seix Barral y más tarde de Editorial Siruela, se pueden leer párrafos como estos acerca de Zürn: "Hay autores a los que no leemos sin experimentar una profunda conmoción. Que, al leerlos, sentimos que también, de algún modo, nos escriben. Que en el mismo filo del cuchillo con que apuntalan su piel está la nuestra, dispuesta a ser atravesada… Durante su estancia en Wittenau, el primer psiquiátrico donde es ingresada por voluntad propia tras una detención de la policía, Unica Zürn descubre, al observar a las demás pacientes, el escaso valor de la experiencia compartida de la locura. Con esto cae la fascinación, tras la envoltura que hay más allá, que son los otros: «las ideas de los locos», sostendrá decepcionada, «se parecen todas»… Esta mujer, ignorada y excluida de la literatura hasta hace pocos años, finalmente decidió volar a los brazos de su hombre jazmín, alto, ojos azules, un ser imaginario al que siempre fue fiel; sus letras siguen intensas y nos ofrece una literatura cargada de magia, consigue trasformar sus experiencias en arte y nos las regala de la forma más contundente.”

Obra traducida al español

El Trapecio del destino y otros cuentos (Editorial Siruela, Madrid, 2004)
Primavera sombría (Editorial Siruela, Madrid, 2005)
El Hombre jazmín: impresiones de una enfermedad mental (Editorial Siruela, Madrid, 2006)

TRES poemas y OCHO fragmentos en prosa poética

Poema, de Unica Zürn – I

Todo esto ya existió,
otros hablaron de ello.
Tú te acuestas con tu cuerpo
incendiado y fangoso,
esquivas el calambre
la mancha
los hilos encontrados,
mientras alguien muy cerca te engulle
cuida de ti
te cría
en el vacío,
mientras alguien dice a tu madre
cuál es tu verdadero nombre.
Lo que había ahí también era la vida,
otro de sus cantos remedados,
lo que había ahí en el ciclo del hierro
en la forja:
tu pulpa en manos del verdugo,
apenas un arco
entre lo material
y la hipótesis.
Qué sucedería si el deseo fuera cierto
y fecundo,
qué sucedería si tu boca fuera tragada por la suya,
se cerraría entonces
el colapso impar y roto del miedo
la extrañeza de quien ama solo
a los aparecidos.

Poema, de Unica Zürn – II

sombra sombra sombra
placa entre placas
desnivel
de mi hueso en la tierra
chirrido de las aves
santidad del verbo y de la pústula
santidad de las lenguas que se esconden
en mi lengua
yo que he guiado mis pasos
hacia el eje
yo
la escogida
a quien han hablado los cristales y las hojas

yo

la gran ensimismada

la que surca la materia espiral de un pensamiento

la que unge los espejos de rasguños

la que vivió una vida más alta

y murió una muerte más pura.

Todos los amantes de Unica Zürn y Hans Bellmer*

(*) Este poema, sobre U. Zürn y su compañero H. Bellmer, no es suyo,
está escrito por el poeta español Enrique Zamorano Rodríguez.

unica zürn no nació en 1916
unica zürn no soportaba bailar
todas las — gentes-cabeza-hueca
quieren bailar con ella
pero ella les escupe y se señala a sí misma con el dedo
llamando la atención de todos
y todo el mundo piensa que está loca
todos excepto hans bellmer

hans bellmer
era un apuesto caballero que nunca debió salir de la ciudad
“morirás de tristeza y olvido”
su corazón es una bomba de hidrógeno
alimentada con quinientos mil litros de vodka
escuchaban mahler y a veces parecían felices
solamente cuando parecían felices era cuando realmente eran felices
el resto del tiempo hans miraba los ojos de unica
y hablaban sin necesitar palabras

juntos redactaban incontables ensayos contra la sociedad
leían a Rimbaud con la misma voz
y creían en la extinción del reino animal
nunca se vieron en la tesitura del suicidio
hasta que llegó su muerte
pero a veces sufrían de temblores nocturnos
y nunca nunca nunca
se decían la verdad el uno al otro
porque la verdad es ese hijo deforme
que espera una eternidad ser concebido

hans aplastó
todas las flores del jardín de unica

hans y unica
veían las hojas y la oscuridad caer en los parques
y como colofón a su desgracia
murieron enterrados junto con todas sus crueldades
se dieron cuenta
de que el tiempo no es más que un ganso que recita en el balcón
mientras suena la alarma que avisa
de que están fuera del espacio-tiempo
cuando sus dos labios se encuentran
en el mundo que ellos han creado
que ellos han inventado
que ellos han dibujado con tiza y cigarrillos

y repiten la palabra “casa” “casa” “casa”
“tú eres mi casa”
“mi casa eres tú”
pero la casa solo era
ese edificio abandonado de luces que parpadean
y se apagan
y allí pasaban las noches:

columpiándose
enfrentándose a la tormenta
mirando el vacío
viendo crecer hijos de la nada
solo conocidos
siempre encontrados
nunca en el cielo impactó un cohete
algunas cosas duran mucho tiempo
algunas pasiones viven mucho tiempo
ninguna muerte dura más de cinco minutos.

Fragmentos de Madame Lamort

Resisto

Resisto. Tengo una herida.
Desempeño un trabajo.
Soy el centro de una atrocidad.

Saca del armario

Saca del armario un pijama más bonito y se lo pone. Se mira al espejo por última vez. Imagina el golpe que su cuerpo dará en el suelo y las manchas de tierra y de sangre que habrá en el pijama. En el cementerio reinará un silencio de muerte y la gente se mirará con ojos de culpabilidad: ¿No sabéis que aquí hay una niña que se mató por amor? Y en adelante los padres serán menos severos y más cariñosos con sus hijos, para que no les ocurra lo mismo. Y piensa también en el duro y estrecho ataúd, en el que no podrá estirar los brazos y las piernas como hace en su cama blanda. Estará rígida como un soldado. ¿Y si no se mata al caer y la salvan?

Ya está casi oscuro

Ya está casi oscuro en la habitación. Sólo llega a la ventana el resplandor de una farola de la calle. Ya le es indiferente morir "en suelo extraño" o en su jardín. Se sube al alféizar, se sujeta con fuerza a la cuerda de la persiana y ve su oscura silueta en el espejo. Le parece encantadora y empieza a sentir compasión de sí misma. «Se acabó», dice en voz baja, y antes de que sus pies se separen del alféizar, ya se siente muerta. Cae de cabeza y se desnuca. Su cuerpecito queda extrañamente doblado sobre la hierba. El primero que la encuentra es el perro. El animal mete la cabeza entre las piernas de la niña y empieza a lamer. En vista de que no se mueve, se tiende a su lado llorando suavemente.

Qué suerte estar antes

“¡Qué suerte estar antes del principio! Nada puede pasarnos porque no podemos chocar con nosotros mismos. Cuando la abandonan un millón de glóbulos rojos, cuando su cuerpo se cubre de innumerables manchas rojas de alegría, escribe en el manuscrito de una anémica: «Alguien me recorre en un viaje a través de mi ser. Desde esta perspectiva, se cierra el círculo. Él me recorre por dentro y me rodea desde afuera —esta es mi nueva situación—. Y me gusta».

Cielo azul de mediodía

Cielo azul de mediodía en primavera, ¿cuántas veces te has oscurecido de pronto, cuando llega el vahído, la súbita desintegración de lo que uno llama su seguridad? Por lo menos una vez y me estremezco al pensarlo. Yo he visto con espantosa nitidez esta repentina negrura. Y es que no todo el que es aniquilado mira al cielo.

La primera luz

La primera luz del amanecer entraba en el taller de sastrería por las ventanas sin cortinas. Los maniquíes parecían negros bultos sin forma. La señorita Milli se sorprendió al encontrarse echada en el sofá sin el vestido. Al ir a extender la mano hacia la prenda, se asustó: no tenía brazos.

Fragmentos de Primavera sombría

Sufre en silencio

Sufre en silencio, perdida en ensoñaciones masoquistas en las que no caben pensamientos de venganza ni desquite. El dolor y el sufrimiento le causan placer.
La vida, sin la desgracia, es insoportable. Para poder soportar la vida, no tiene más remedio que refugiarse con todo su afán en la fantasía.

Todas las niñas

Todas las niñas esperan eso. Ella no. Si él le diera un beso, se habría acabado el juego. Ella desea vivir siempre en la espera. Con el beso terminaría todo ¿Qué puede venir después? Al segundo beso, todo se hace costumbre. Ella se pone de pie y se va sollozando.
Él la ve alejarse desconsolada. No, no puede comprender a una muchacha como ella.

FIN de los poemas de Unica Zürn

Xoán A. Leiceaga Baltar, Diciembre de 2014