Esta sección se me ocurrió para poder disponer de un espacio complementario a OBRA y CALA pero más flexible — abierto a los lectores, p.ej.—, aunque siempre orientado a «la poesía y lo poético», y, más en concreto, a aspectos como su sentido, la valoración de su calidad, las aproximaciones a poetas y poemas y a un amplio continuo de buenas ideas o prácticas, además de reflexiones stricto sensu (muestras de poetas singulares, homenajes, entrevistas, análisis y ensayos sobre otras manifestaciones artísticas, relaciones de frases o versos notables, etc.). Se debe entender que, naturalmente, los conceptos de poesía y poeta son para mí hermanos de magia o mago acerca del arte y el artista, y por ello tienen cómoda acogida en REFLEXIÓN.
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CAROLINA ESCOBAR SARTI - Vida y poemas
(Guatemala, 1960)
Reflexión 2
Con la primera versión de la sección Reflexión-2, continente y contenido, he procurado ser prudente — limitadamente, en poesía no veo adecuado su exceso— para evitar desorientar a los improbables lectores con cambios seguidos o bruscos. Así, estuve una buena temporada trabajando sobre entrevistas que me llamaban la atención entre personajes de la poesía o del arte en general; después me surgió una especie de euforia —no repentina, por cierto— hacia el maestro poeta Gamoneda, al cual dediqué un gustoso esfuerzo al respecto de su sublime y largo poema Descripción de la mentira. Y ahí sigue estando la doble colección completa de ya más de treinta secciones bajo el botón pulsable de Ir a reflexiones anteriores.
Creo, ahora, que ya es el momento de hacer un nuevo derrotero, esta vez de más larga duración —si el cuerpo aguanta—, y siguiendo una vía semejante a la que viene indicando la sección Reflexión-1, la del abecedario. Por otro lado, mi corazoncito me viene reclamando hace tiempo una complementaria dedicación a la mujer —la mujer poeta— que ayude a suavizar los abundantes defectos históricos y, a la vez, me sirva para reconocerles su general valía y sus aportaciones en este campo de la creación. Y, naturalmente, sirva de agradecimiento especial a mis lectoras, que asombrosamente son más de una.
Esa es la razón de que el 1 de julio de 2012 haya iniciado, como Reflexión-2, el ABECÉ de Mujeres Poetas que espero completar de la A a la Z, siendo mía la selección de autoras y textos. Para cada letra iré buscando lo que entienda más oportuno y posible; después de Anna Ajmátova, Gioconda Belli, mi paisana Rosalía de Castro y Emily Dickinson, espero que la guatemalteca Carolina Escobar Sarti resulte en buena opción, siguiendo con la preferencia de elegir a poetas en español.
Fuentes: Páginas varias de internet, entre ellas «http://www.artepoetica.net/» y «http://www.poemariodemujeres.com/».
Selección y comentarios: Xoán A. Leiceaga Baltar
Vida de Carolina Escobar Sarti
Carolina Escobar Sarti (Guatemala, 1960) es poeta, investigadora social y catedrática universitaria. Ha publicado seis libros de poesía, así como varias obras de investigación social y cientos de artículos de prensa. Ha sido invitada a leer poesía en México, Argentina, El Salvador, Nicaragua, Panamá, Colombia, Estados Unidos, Hungría, España y Canadá, entre otros. Como escritora ha representado a Guatemala en los festivales de poesía de Granada, Nicaragua, 2008 y Medellín, 2010; en encuentros de poetas en Hungría, Centroamérica y Argentina, en la Feria del Libro de Barcelona (2004) y en la de México (2009).
En Guatemala ha recibido varios reconocimientos de distintos grupos, organizaciones y entidades, tales como la Hemeroteca Nacional, el Seminario de Cultura Mexicana y la Embajada de México, el Movimiento de Mujeres, varias universidades, la Secretaría de la Mujer, la Mesa Nacional de Migraciones, y la Secretaría de la Paz, entre otros. También se la conoce como periodista, desde sus inicios en el diario Siglo Veintiuno hacia 1993, un terreno en el ya ha alcanzado un buen millar de columnas. En el año 2000 recibió el Premio Unicef a la Comunicación.
Aún pasa por ser una mujer de opiniones rápidas y contundentes. Por ejemplo, acerca de la conciencia dijo: “Conciencia es no permitirme exiliarme de lo humano… Yo no puedo hablar con justicia sino desde la dimensión humana: no soy piedra ni soy ave. No puedo interpretar a nada ni a nadie más”. Ante la pregunta de si cree en Dios, responde con un lacónico “No”. Y ante el gusto o disgusto por la parafernalia de la poesía (homenajes, presentaciones, festivales…), ha dicho: “Ni me gusta ni me cansa. Yo estoy pero no estoy”.
Obra poética de Carolina Escobar Sarti
La penúltima luz (Ediciones del Pensativo, 1999) / Palabras sonámbulas (Ediciones CES, 2000) / Rasgar el silencio (Editorial Palo de Hormigo, 2003) / No somos poetas (F&G Editores, 2006) / Patria mi cuerpo. Historia de una mujer desnuda (F&G Editores, 2009) / Te devuelvo las llaves (F&G Editores, 2010) /
Actuar la Soledad
¿Adónde voy
después de la renuncia?
Sin tus ojos
sin los hijos
sin el árbol de mi patio
sin mi perro
sin un nombre
ni un camino
¿Quién seré?
Caníbales de Dios
En la Primera Comunión de Sebastián
El cuerpo y la sangre de Cristo
Amén.
Buscando la vida eterna
empiezan por saborear
el cuerpo de Cristo
y terminan
comiéndose los unos
a los otros
sin la menor piedad.
Antropófagos de Dios
lo poseen
ventrílocuos de Dios
usurpan su palabra
bufones de Dios
se ríen en su cara.
Con un hambre feroz
despedazan
su cuerpo a mordidas
y lo saborean
hasta llenar
su más putrefacta
entraña.
Lo degluten
hinchan las venas
con su sangre
viven de su cuerpo
del cuerpo de Cristo
que dicen que somos
todos.
Amén.
Cerradura
Comienza mujer
por escribir en los muros
con las uñas.
Para salir de prisión
sólo recordar
la palabra
la mano
la cerradura.
Día tras día mide
el tamaño de tu cárcel
recorre
el suelo por sus esquinas
la mirada
más allá del miedo.
No hay lápiz
ni espejo.
Olvida mujer
el ojo del carcelero.
La puerta
tiene cerradura
y hay viento del otro lado.
Exiliada de ti
Me voy de tu tierra
de tus raíces
de la patria de tu amor
porque quiero vivir
con las alas extendidas
y la sonrisa puesta.
Me voy de tu vida
buscando la mía.
Dicen que el exilio
es infierno y nostalgia.
¿No es acaso
de donde estoy partiendo?
Nací descalza
Mis primeros zapatos
eran desnudos
de niebla y estrellas
cosidos con agua de río.
Nací descalza.
Descalza y húmeda
por si me olvidaba
de la huella.
Demasiado pronto
encerraron mis pies
y empecé a olvidar
el olor de la tierra.
Pero nací descalza
de alma sin zapatos
de zapatos sin correas
de correas sin nudo
desnuda.
Descalza y desnuda
para recordar
la huella.
Se vistió la mujer
Se vistió la mujer
con viejo vestido
de flores rosadas
de seda y hastío.
Se vistió de silencio
prudencia y olvido
se vistió la mujer
con el mismo vestido
de las viejas mujeres
del mismo destino
de las mismas historias
de los mismos caminos.
Se vistió la mujer
con el viejo vestido
le pusieron dos moñas
y se tomaron su vino.
No somos poetas
Somos apenas amantes
suicidas con la cuerda
en la mano
caminantes de antes
usurpadores de abecedarios.
No somos poetas
somos adivinadores
de oscuras cavernas
transeúntes por azar
locos por vocación.
Somos talladores de nubes
lluvia sostenida
cuerpo que recuerda
hambre insatisfecha
confesión última
dueños de medio corazón
límite de penumbra
sangre que camina el mundo
puerto de anclaje y despedida
sólo somos tiempo
una carta interminable
que continúa escribiéndose
sin fecha de entrega.
Somos una arruga en el mediterráneo.
Y esto no es un poema
sino credo levantado,
el caos, el misterio,
el asombro y el verbo.
La santísima palabra
en el universo
de la salamandra.
El fuego robado.
Para siempre.
Fundamos la memoria
de la luz y el perfil de la montaña
probamos primero la sal
en el océano de nuestros ojos
y nos supimos robustos árboles
no ramas quebradizas.
Aullamos a la luna
reclamando al sol su eclipse
e hicimos el amor
en los siete mares.
Sea la luz
y fue la luz.
Todo somos
menos poetas.
Somos apenas amantes
Somos apenas amantes
que levantan templos
sin altares en otro cuerpo,
oblicuas caricias
en línea de agua.
Somos atrio sin bordes.
Amantes condenados
por los siglos de los siglos
a renegar del miedo,
la muerte y
la soledad.
(Antes de ti
yo era animal
ahora soy lenguaje).
Somos apenas amantes.
Distancias agotadas
en el mínimo territorio
de la redención (por mi culpa
por mi culpa
por mi gran culpa).
Escritores de epitafios
en las paredes de la historia.
Despertamos al pez, al mono
y al dinosaurio
y tatuamos sus nombres
en nuestro cuerpo epistolar.
Somos exilios justos
de planas cartografías
que encuentran agua
en sus montañas.
No poetas
apenas amantes.
Cuerpo que recuerda
«Pero la sangre es roja / dulce / vengativa / caliente /
escandalosa / y feroz. / No transparente.»
CES
Mi cuerpo recuerda
que estuviste allí
para siempre.
De la cabeza a los pies
sobre mí, sobre ti
entre manos memoriosas
dos pieles desnudas
y un ombligo tragando sudor.
Mi cuerpo recuerda
que nunca te has ido
y que el olor de dos
permanece quién sabe dónde
pero nunca se va.
Mi cuerpo recuerda
algo más que sexo
y diría que no hubo culpa
a no ser por una breve lágrima
en mi ojo izquierdo.
Cuatro manos húmedas
y mi cuerpo recuerda
dos bocas hambrientas
y mi cuerpo recuerda
dos biografías prohibidas
y mi cuerpo recuerda
tú en mi cuerpo
y en cualquier otro lugar
soy infiel.
Sangre que camina el mundo
Animales de sangre caliente
habitando las arterias del mundo
buscando luz en las cavernas transparentes
de nuestros leves cuerpos feroces
aullando profecías al oído
de dioses menores
robándonos el aire en lechos clandestinos
descubriendo el rostro de
quienes se creyeron nuestros amos
ayunando deseos
temblando
adelantando el juicio final
poblando el territorio de los sueños
coagulando instantes
sólo por si de verdad somos eternos.
Sólo somos tiempo
Distancia inventada para
contar arrugas
amantes
y ausencias.
No poetas
sino duración de lo que cambia
y se mueve.
Bomba de tiempo
unidad de tiempo
ecuación de tiempo
temporal
presente
pretérito indefinido
futuro
y para no creernos eternos
futuro muerto.
Y esto no es un poema
Es sólo lodo luminoso
que no quiere ser piedra
masa húmeda y brillante
que se levanta sobre
planicies y desiertos.
No es poema
apenas barro
que emerge de
manos rituales
para incendiar
atardeceres circulares
y tiempos solitarios.
Intención
de inundar la vida
a chorros,
palabra necia
de manos soleadas
en noche de octubre.
Por eso continuamos buscando,
por eso intentamos
delinear los bordes profundos
por eso la poesía, dice el poeta
no sirve para nada
pero es indispensable.
FIN de los poemas de Carolina Escobar Sarti
Xoán A. Leiceaga Baltar, Noviembre de 2012